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BEATRIZ COBO: PSICOLOGÍA INTEGRATIVA FEMENINA

ÍNDICE DEL CONTENIDO

Entrevista a beatriz cobo, psicóloga integrativa

Me parece básico entrevistar a profesionales, porque yo estudio medicina naturista y tengo una conexión con la planta y una gran pasión y una misión que tengo que cumplir, pero sé hasta dónde puedo llegar para ayudar a las mujeres.

Por eso era tan importante tener esa red de profesionales, donde tener diferentes elecciones para elegir. A veces el problema es que nos quedamos atascadas y no sabemos por dónde empezar, y necesitamos la ayuda de un profesional, que sepa lo que hace, que sepa cómo apoyarte, porque el problema de la mujer es que, generalmente, nos vemos muy solas, y necesitamos a veces esa seguridad que no nos puede dar nuestro alrededor, y a partir de ahí, construirte. 

– Ana Vítex – 

Puedes ver la entrevista completa en el siguiente vídeo.

UNA PSICÓLOGA QUE RESPETA Y ENTIENDE LA PSIQUE FEMENINA

Sé que Ana Vítex hace un trabajo maravilloso, y estoy encantada y muy agradecida de que haya querido contar conmigo en las entrevistas que está haciendo a diferentes profesionales.

Para mi ser psicóloga fue bastante vocacional, siempre me había gustado ayudar a la gente, y sabía que era algo que me gustaba, que me movía. Entonces decidí estudiar psicología.

Luego me di cuenta que la carrera te decepciona mucho, hubo cosas que me gustaron y otras no tanto, y en ese camino, fui a conocer otras alternativas dentro de la psicología, otras formas de hacer psicoterapia, investigar otras formas de hacer las cosas dentro de lo reglado en la psicología.

Es importante tener una visión crítica y reconocer otras formas de hacer las cosas.

Entonces empecé a participar en grupos de psicología crítica, donde además investigamos otras corrientes, otras formas de hacer más holísticas, más integrativas, y, a partir de ahí, cuando terminé la carrera, empecé a formarme en otras disciplinas como la terapia sistémica, que es mucho más holística.

También participé en grupos de mujeres, círculos de mujeres donde empecé a ver que nos han educado desde el miedo, no solo en la sexualidad, sino en el tema del ciclo menstrual.

Desde que tenemos la primera menstruación se nos inyecta el miedo (cuidado que ya eres mujer, te puedes quedar embarazada…).

Empecé a investigar, a ver autoras referentes y me interesé por el ecofeminismo, ya que también me sentía unida a la ecología.

Todo esto fue algo que se fue integrando en mi ser, y trabajé en mi propio autoconocimiento. Me parecía necesario vivir en primera persona este proceso para luego poder ayudar a otras mujeres.

Empecé a trabajar y me di cuenta que las mujeres necesitan trabajar mucho más a fondo todo lo relativo a la salud y el ciclo menstrual para poder estar mucho más a gusto con su propio cuerpo.

UNA HERIDA COMÚN

Las mujeres tenemos un residuo común, algo que nos pesa y que entre todas tenemos que cambiar.

Yo hablo mucho de Ginecompañía, porque sí que es verdad que hay una parte de trabajo individual de cada mujer, pero cuánto aprendemos cuando estamos entre mujeres, con conciencia y con respeto. 

Si es un espacio seguro entre mujeres, se crea una potencia increíble, porque te das cuenta de un montón de cosas que te han pasado a ti también, se crea más aceptación, más entendimiento, y me apasiona. 

En los círculos de mujeres, con el acompañamiento, se crea un camino alucinante.

– Ana Vítex – 

Se nos educa desde el miedo, desde el miedo al cuerpo, a la sexualidad. De esa forma acabamos desconectándonos de nuestros propios sentidos, de nuestro propio cuerpo. Y al final es eso, es el propio desconocimiento lo que nos hace estar mal, el no conocernos bien, conocer esas necesidades que son importantes y que nos lleva también a no tratarnos bien.

Eso al final es lo que genera esa relación dramática con el cuerpo. Pero lo positivo es que se puede conseguir, que podemos recuperar esa conexión innata natural que tenemos, y que lleva un poquito de trabajo, pero luego al final ese crecimiento personal que se consigue, ese empoderamiento, es mucho más valioso de lo que podemos imaginar.

TERAPIA INDIVIDUAL Y TERAPIA DE GRUPO

El proceso grupal es muy diferente, a nivel terapéutico tiene un poder incomparable. En los grupos de mujeres aparece la sororidad, y es altamente terapéutico.

A nivel terapéutico es un recurso muy potente, no solo porque puedas verte reflejada en una de las mujeres, sino por la capacidad de ayuda que tenemos, de empatizar con las situaciones y de encajar todo eso que nos está pasando.

También es interesante decir que el trabajo grupal no resta al trabajo individual. Hay mujeres que necesitan más un trabajo individual, porque lo que les pasa no se puede resolver solo con la parte grupal. Son situaciones muy específicas, traumáticas, que requieren una intervención más individualizada.

Las mujeres que llegan a mi es porque ya han dado un paso importante, ya se han dado cuenta de algo, ya se creen lo suficiente como para ir a algún sitio, ya han dado muchos pasos hasta llegar ahí.

Solo para llegar hasta aquí ya has decidido que vas a cuidarte.

Lo más frecuente que veo en consulta es dolor menstrual. De hecho, si nos vamos a la estadística y englobamos dismenorrea primaria y secundaria, nos encontramos una estadística del 90 y pico por ciento.

Eso, y el Síndrome Premenstrual (SPM). Hay malestares premenstruales que tienen que ver con cosas que están pasando ahí, bien a nivel orgánico o bien a nivel emocional.

Igualmente en el dolor menstrual, salvo que sea por una causa orgánica que haya que detectar. Una vez que se descarta eso, hay muchas cositas que se pueden hacer a nivel psicológico.

Entonces quizá esas sean las dos más frecuentes, pero también desajustes, de tipo amenorrea, que no se sabe muy bien porque puede ser, si es por un Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), una menor hipofisaria, o ciclos anovulatorios o ciclos que no están siendo totalmente regulares, o sea, que está habiendo problemas en la ovulación. También es bastante frecuente.

Respondiendo más a mi vertiente más dedicada al trabajo con las mujeres, al trabajo del ciclo menstrual, en ese ámbito sí me encuentro eso. Ahora, en general, pues sí que hay mucha variedad, desde ansiedad, depresión… Lo que pasa que yo no soy de etiquetar.

Pero sin etiquetar mucho, una de las cosas más frecuentes son las crisis emocionales que tienen que ver con la relación de pareja.

¿Quizá el mito del amor romántico nos tiene fritas, no?

Lo importante es trabajar todo esto desde la perspectiva de género para conocer dónde están esos estereotipos y qué daño están haciendo en las dos partes. Y desde dónde nos relacionamos y qué buscamos ahí.

Atender a mujeres durante años te da una perspectiva de la realidad increíble. Para mí ha sido muy frustrante ver el nivel tan bajo de formación y de autoconocimiento que teníamos. Pero claro, es que, realmente, quién te enseña.

Ni en la escuela, ni los ginecólogos, ni nadie sabe nada, menos mal que ahora está habiendo todo un boom, y ya hay información. Pero daba pavor decir “no sabemos nada”. Y, por otro lado, una autoestima tan baja y tan aceptada, que hasta yo misma digo ¡madre mía, lo que he pasado y lo que hago! Me doy cuenta de cómo nos cuesta querernos y cuidarnos, todo lo vivimos desde desde la obligación y la culpa.

– Ana Vítex – 

LA FALTA DE AUTOESTIMA EN LA MUJER

Generalizando, el tema de la autoestima es un patrón común en la mayoría de mujeres que llegan a mi consulta, sino en todas.

Y claro, ahí eso consiste básicamente en buscar la forma de empoderar a las mujeres. En la terapia, yo la dirijo en ese sentido. Mejor autoestima va a ser también cuidarnos más, mejorar ese autocuidado que tanto hace falta y que que tanto se ha abandonado por parte de las mujeres.

Pero no lo digo como para culpabilizarnos, sino porque nos han educado en cuidar a otras personas y en que no sea tan importante nuestro propio bienestar o nuestro propio placer.

Buscar nuestro bienestar en nuestro placer, es salud, y eso no nos encaja. Siempre se ha dejado en un cajón de sastre, siempre se ha dejado de lado, se ha apartado como algo no prioritario.

Eso al final lo que acaba haciendo es mermar nuestra autoestima. Luego están los casos particulares de cada persona que les lleva a tener una autoestima más baja, pero que tiene que ver en la parte social, en la parte de perspectiva de género, tiene que ver con no cuidarnos.

Nos enseñan que tenemos que servir a los demás, porque lo que quieres es que te acepten y que te quieran, porque tú no te quieres a ti misma, y al final te quedas vacía, o te enfermas. 

La fibromialgia, por ejemplo, hay tantas enfermedades crónicas que yo creo que son de puro agotamiento y de desconexión. Muchas mujeres solo sienten el cuerpo si duele, ya no llegan a sentir placer, solo sienten el cuerpo con dolor. Y es muy terrible, cuando realmente estamos preparadas para sentir placer constantemente.

Es fuerte que al final lleguemos a ese punto.

– Ana Vítex – 

La forma que tiene el cuerpo de comunicar que algo no va bien es gritar por todos lados.

La fibromialgia es un caso brutal. Es un caso súper extremo, porque ahí el cuerpo está gritando por todos lados, de miles de formas, porque esa mujer no ha podido, a lo largo de su vida o a lo largo de muchos años, escuchar lo que necesita, sino escuchar lo que otros necesitan y aparcar sus necesidades.

No es negativo cuidar a otra persona, siempre y cuando eso no te reste la energía que tú necesitas para ti. Es súper positivo y deberíamos cuidarnos todos y todas.

Es fundamental el buen trato en la forma de relacionarnos con nosotras mismas. El autocuidado se aprende, hay que incorporarlo, pero hay que aprender muchas cositas.

No basta con decir “voy a tratar de autocuidarme”. Autocuidarse no es “me voy a dar una ducha porque lo necesito”. Eso seguramente te hace falta, pero hay muchas más cosas.

O “voy a alimentarme bien”. Sí, pero también vamos a ver cómo y qué necesita tu cuerpo.

O también voy a decir venga, pues voy a ver cómo estoy utilizando el lenguaje, ¿me estoy tratando bien al hablarme?

El placer, la permisividad y la flexibilidad son muy amables. A veces las mujeres dicen “sí, yo me cuido un montón”, pero lo hacen todo con rigidez, y no lo hacen con amor y con placer, sino que lo hacen porque hay que hacerlo así, porque eso es lo bueno, lo que hay que hacer. Y al final están repitiendo el mismo patrón.

– Ana Vítex –

Hay que sentir más, conectar más con aquello que necesitamos, pero no desde la mente. Lo mental está bien para racionalizar algunas cosas que son importantes, pero necesitamos escuchar a la parte no corporal, porque igual un día puede ser mucho más saludable y mucho más importante, por ejemplo, tomarte una cerveza con una amiga o un amigo, que ya sabemos que la cerveza no es muy saludable, pero te relajas y te ríes.

¿Seguramente sus beneficios van a ser mucho mejor que tomarte el plato más sano, porque hoy tocaba plato sano? No, pero a lo mejor te lo saltas y te tomas esa cervecita y te hace mucho bien a tu salud más que otra cosa.

RELACIÓN ENTRE EL CICLO MENSTRUAL Y LA PSIQUE FEMENINA

Nadie nos ha explicado el ciclo menstrual. Ahora se empieza ya a darle luz, nos damos cuenta de que realmente es súper importante, que nos rige todo, no solamente el cuerpo, sino la mente, las emociones…

Las emociones que podemos sentir durante el ciclo menstrual, evidentemente pueden cambiar, pero ahí siempre pongo un “pero”.

No es que nos sintamos de una forma u otra por culpa de las hormonas. No, para nada. Las hormonas no tienen culpa y nosotras tampoco, las hormonas son maravillosas, precisamente nos dan una oportunidad de poder estar en el mundo de una forma u otra. Lo que pasa es que tenemos que aprender a escuchar el cuerpo para saber cómo es mejor que nos situemos.

Es un baile. Hay que bailar con las hormonas, hay que colaborar con ellas, colaborar con el cuerpo, con esos cambios cíclicos que suceden en cada momento, y entonces, sí lo comprendemos.

Por eso es súper importante el autoconocimiento. Si comprendemos qué es lo que necesitamos en cada momento, no deberíamos sentirnos mal en ningún momento.

El Síndrome Premenstrual que padecen muchas mujeres, sobre todo cuando es muy grave y puede hasta ser incapacitante, significa que el cuerpo nos está dando avisos. Quiere decir que tu situación y tu vida es tan estresante, o está estresando tanto a esa hipófisis, que se están alterando los niveles de estrógenos y progesterona.

Y cuando eso sucede, evidentemente hay que tomar una solución, hay que ver qué está pasando ahí y qué hay que trabajar a nivel emocional. Todo eso que está sucediendo tiene que ver con que lo que estás haciendo en tu vida hay algo que no anda bien.

Y posiblemente en ese momento no tengas las herramientas para poder gestionar un poquito mejor eso que te está estresando tanto.

Entonces tu cuerpo se desborda y hace que se desequilibren esas hormonas y produzcan esos síntomas.

Cuando conocemos bien nuestras necesidades, cuando gestionamos bien esas emociones que están sucediendo a lo largo de la vida y cuando nos respetamos en cada momento, lo que sucede precisamente es que las hormonas, o los cambios cíclicos de nuestro cuerpo, nos brindan una oportunidad para poder dedicarnos.

Por ejemplo, imagínate en la segunda etapa, en la segunda fase del ciclo menstrual, que es donde siempre hay más problemillas, y ahí el cuerpo nos pide estar un poquito más hacia adentro, cuidarnos más.

Hablamos del autocuidado, bajar el nivel que posiblemente en la anterior fase sí soportábamos porque teníamos más energía y el cuerpo nos pedía mucha actividad. Estar con todo el mundo, cuidar a todo el mundo de todo. Y luego resulta que el cuerpo nos dice no, ahora necesitamos bajar un poquito ese ritmo. No quiero decir que estemos en la cueva siempre, pero sí estar un poquito más tranquilas.

Ese descanso es necesario, porque también es necesario en la otra etapa. El problema también es que luego eso nos va a pasar factura. Primero porque no es sostenible eso durante todo el tiempo. Claro, es una actividad muy intensa. Y segundo, porque también eso va a hacer que nuestro cerebro hipofisario esté demasiado acelerado y el cuerpo nos diga en algún momento que hay que parar. Y nos lo va a decir.

Hay que validar eso que nos pide el cuerpo, pero para poder validarlo tenemos que comprenderlo primero. Tenemos que hacer un trabajo muy profundo de comprensión y de reconexión, porque es otra de las cosas que hay que trabajar un montón a nivel individual y en los talleres.

Y es que la mayoría de las mujeres están desconectadas, entonces tenemos que aprender a volver a conectarnos con el cuerpo, porque eso es algo además innato, es algo natural que tenemos desde que nacemos, pero se ha ido cortando esa conexión poco a poco con todos los miedos que nos han ido inculcando desde muy pequeñitas.

¿QUÉ OCURRE CON LOS PSICOFÁRMACOS?

Yo no soy nada partidaria, así que no trabajo de forma multidisciplinar con ningún psiquiatra. En muchos casos ya me vienen con alguna medicación. Muchas veces mi labor terapéutica trata un poco de desmedicalizar a esta persona. Aunque a veces puede ser necesaria la medicación.

De alguna manera es una forma de no escuchar qué es lo que está sintiendo esa mujer, de no atender a ese síntoma o a eso que está viviendo, la situación, a su experiencia, a lo que le está pasando.

Entonces, yo siempre digo que si se puede trabajar desde la psicoterapia con esa persona, mejor. Otra cosa es que a veces pueda servir un poco algún tipo de ayuda farmacológica puntual y que no sea para cronificar, sino como un acompañamiento terapéutico, que a veces puede ser necesario.

Yo parto de la idea de no medicalizar y trabajar con psicoterapia y con algunas ayudas también. De hecho, yo he mandado algunos casos a Ginevítex®. Y trabajar de esta forma integrativa, en el sentido de que hay ayudas que son naturales, como puede ser la Vítex o mejorar la alimentación, ciertas cosas que van a ayudar a que mejore tu ciclo menstrual y tu vida a nivel emocional.

EXPERIENCIA CON GINEVÍTEX®

Tengo algunas experiencias de chicas que han acudido a pedirme ayuda porque tenían algún problema con su menstruación, con su ciclo menstrual y en algunos casos por dolores bastante fuertes.

Otras han venido por desajustes y menstruaciones que no le venían. Tenían posiblemente Síndrome de Ovario Poliquístico, mal diagnosticado, porque no lo había. Y con Ginevítex® han conseguido que le vinieran los ciclos y cada vez están siendo más regulares y más sanos.

Y con el tema de los dolores también, pues en los casos en que lo han tomado ha sido muy rápido el dejar de tener dolor.

Es un complemento súper potente junto a lo que trabajamos en la terapia.

Beatriz Cobo

Psicóloga especializada en salud y ciclo menstrual

www.ciclicamente.es

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