El SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM): NO ESTÁS SOLA
Muchas mujeres se ven afectadas por el Síndrome Premenstrual (SPM). La mayoría de problemas ginecológicos tienen como base un desajuste hormonal: hay exceso de estrógenos y carencia de progesterona.
El sistema endocrino es muy sensible, se ve afectado por todo lo que pensamos, sentimos, comemos, tocamos y respiramos.
Las «molestias» femeninas se suelen tratar de dos modos: unas veces, como si fuera un castigo divino por ser mujer. Otras, se catalogan como un trastorno, sobre todo si puede beneficiar a los intereses de la industria farmacéutica.
Pues, a veces, ni es una cosa ni la otra.
DIAGNÓSTICO DEL SÍNDROME PREMENSTRUAL
Es un momento de evaluación donde vemos lo que no nos gusta de la realidad que nos rodea. Los contextos sociales no son los adecuados y el cuerpo manifiesta que algo no va bien. En realidad, es algo externo que va mal y nuestro cuerpo lo sabe y se expresa.
En el diagnóstico del Síndrome Premenstrual (SPM), diferenciaría:
- Sensaciones y percepciones características del cambio hormonal natural. Corresponden a la etapa premenstrual normal. Pueden ser más o menos aceptadas o incómodas por nuestro estilo de vida, sistema de creencias y cultural.
- Malestares y síntomas que van más asociados a una disfunción hormonal, principalmente por la falta de progesterona. La progesterona es un neurotransmisor porque estimula el sistema gabaérgico del cerebro, el cual tiene efectos calmantes y relajantes, reduce la ansiedad, la impaciencia y regula la tolerancia al estrés, condicionando así nuestra salud emocional, nuestra conducta y la forma de enfrentar la vida.
- SÍNDROME DISFÓRICO PREMENSTRUAL (TDPM): Es un síndrome catalogado como patología psiquiátrica. El problema está en que se suele tratar con psicofármacos y no se atienden los desajustes hormonales y el contexto social. También habría que valorar los traumas de la persona y la alta sensibilidad al estrés.
ENTENDIENDO EL CICLO MENSTRUAL
GRANDES FASES DEL CICLO MENSTRUAL
El ciclo menstrual se compone de dos grandes fases: la folicular y la lútea.
En la fase folicular se forma el folículo y madura el ovocito, y en la fase lútea del ciclo se libera el óvulo. El folículo, o cuerpo amarillo, que envolvía el ovocito que queda dentro del ovario, es el que libera la progesterona.
Cada fase activa con más intensidad un hemisferio del cerebro. En la primera fase, hay mayor capacidad mental. En la segunda, mayor capacidad sensorial.
Podemos distinguir cuatro etapas del ciclo menstrual: preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual. Cada día cambia nuestra estructura hormonal. En cada fase cambia nuestro nivel de energía, metabolismo, nuestra sexualidad y nuestro estado mental-emocional. Es importante respetar los ritmos y necesidades que sentimos en cada etapa del ciclo, reconocer que somos cambiantes y que desplegamos diferentes dones y habilidades a lo largo de cada etapa.
El día 1 del ciclo es el primer día de la menstruación. Empieza a estimularse el folículo-ovocito. En este día, se une el final de un ciclo de un óvulo y el principio del siguiente.
LA ETAPA PREMENSTRUAL
La etapa premenstrual es un momento de revisión y evaluación, con mayor capacidad crítica. Esto se debe a la influencia de la progesterona, la hormona de la verdad.
Cada mujer cambia cada día. Nuestro cuerpo pide qué necesita en cada momento para que estemos sanas. En esta etapa podemos tener diferentes necesidades, desde retirarnos solas y llorar, hasta salir a bailar como unas posesas. Y solemos encontrarnos con que la represión de este pulso vital lleva a somatizar la frustración vital en la que se ve encerrada.
Todos los sentidos se agudizan en esta etapa, aunque el contexto cultural-social presiona para que sigamos igual, como si nada cambiara, como si el ciclo menstrual no afectara a “todo”. Esto perturba nuestra naturaleza y confunde la cosmovisión integral de la mujer sobre sí misma y su medio.
CADA CICLO MENSTRUAL ES ÚNICO
Cada ciclo menstrual es único por diferentes motivos: las experiencias y reacciones vividas ese mes, el clima, momento astrológico y, por supuesto, porque cada óvulo es único.
Cada óvulo ha vivido dentro de nosotras desde el vientre de nuestra madre. Su momento vital, salud y emociones afectaron a su formación. Cada ciclo es el viaje de la vida de un óvulo, una oportunidad de rehacer tu vida y de empezar de nuevo con las energías renovadas. Esto sucede si vivimos cada etapa con coherencia y respeto.
CAMBIANTES COMO LA LUNA
La vida de la mujer está condicionada por su ciclo hormonal, cada día cambiante como la Luna.
Cada día las hormonas tienen unos niveles y proporciones diferentes. Una sensible danza que pende de un sutil, delicado y ancestral ecosistema en equilibrio.
Es necesario que reconozcamos nuestra cualidad cíclica y recuperemos la conexión con los ritmos de la naturaleza. Observar, entender, organizarnos y adaptar nuestra vida de acuerdo a nuestras fases, peculiaridades y condición cíclica, nos ayuda a mostrarnos tal y como somos. Con dignidad, honor, amor y respeto.
Es el camino de la reconciliación con la feminidad que nos habita y nutre la vida. Por ello, promuevo el uso del calendario menstrual como llave de autogestión de la salud femenina.
LA PROGESTERONA: REINA DE LA ETAPA PREMENSTRUAL
En la danza de las hormonas, el nivel de estrógenos baja y aumenta la progesterona, que es la encargada de facilitar la gestación y mantener al endometrio, o nido, sujeto a las paredes del útero o matriz.
La progesterona es la hormona sexual con cualidades más femeninas.
LA FASE LÚTEA Y LA ETAPA PREMENSTRUAL
Corresponde a la luna en cuarto menguante, al otoño, a la menopausia…
Esta etapa comprende, desde la muerte del ovocito que no ha sido fecundado, hasta la menstruación.
La duración de esta etapa es de 12 a 16 días. Es el tiempo que permanece el cuerpo lúteo, encargado de segregar la progesterona, en los ovarios. Es un período de cierre de ciclo y de introspección. Además, biológicamente hay un duelo, pues el fin primario de nuestro organismo es la reproducción.
El cérvix o cuello del útero se mantendrá seco y cerrado hasta la salida del sangrado menstrual. El útero se retrae hacia atrás, hasta que con la menstruación vuelve a una posición vertical para facilitar la salida del endometrio. Hay un aumento del volumen de la glándula tiroidea, con elevación del metabolismo basal.
La hormona estradiol decrece en la etapa premenstrual, que ha ido aumentando hasta la ovulación, y entramos en el reinado de la hormona progesterona.
El estrógeno llega a su máximo auge en la ovulación, y su bajada es la señal que tiene el organismo para aumentar la producción de progesterona.
A menudo, el problema de desequilibrio hormonal es la falta de metabolización del estrógeno, ya que el hígado está saturado en sus funciones depurativas. Si no descienden los niveles de estrógenos no aumentan los niveles de progesterona.
UNA MENSTRUACIÓN DULCE Y PLACENTERA
La progesterona tiene cualidades protectoras del organismo y del sistema nervioso. La progesterona potencia los receptores GABA, en el cerebro, con acción relajante y efecto sedante. Es la hormona que prepara y nutre el endometrio, o nido, y sostiene la gestación, como su propio nombre indica.
Es regeneradora de todas las células del cuerpo.
La comunicación química que existe entre los ovarios y el cerebro es de doble sentido. La liberación de progesterona por parte de los ovarios, los conecta con los neurotransmisores cerebrales. Esto estimula la liberación de dopamina y endorfinas, que propician bienestar natural. Se prepara al organismo para una menstruación dulce y placentera, sin Síndrome Premenstrual (SPM).
Conlleva una bajada de las defensas para facilitar el acogimiento de un «cuerpo extraño”, el embrión. Por eso, nuestro cuerpo pide más descanso. Si nos forzamos, pueden aparecer problemas por baja inmunidad: herpes, cándidas, mucosidades, cólicos, infecciones, etc.
En la etapa premenstrual la mujer queda liberada y se encuentra con su esencia y su sombra. Sabemos con más claridad lo que SÍ queremos y lo que NO queremos, gracias a que se despierta la voz interna de la verdad, aflora una sabiduría innata, nos atrevemos a poner límites, si hemos acumulado frustración no expresada, sale toda junta.
Es momento de soltar y liberar para poder menstruar en paz, sin Síndrome Premenstrual. Es un periodo de evaluación y reflexión donde pueden manifestarse aspectos difíciles de la vida de la mujer que necesitan cambiarse. La fase folicular queda atrás y, con ella, el imperativo biológico de búsqueda, acción, aceptación exterior y reproducción.
A nivel energético, también es un periodo de reflexión, crítica y evaluación. A veces, vemos aspectos de nuestra vida que no nos gustan y sentimos el valor de expresarlo, ya que no estamos en la etapa de cortejo y seducción donde nos importa agradar a los demás. Por lo general, es un buen momento para hacer limpieza y desechar cosas que no necesitamos.
Aparece mucha discordia emocional, mental y física. Esto es porque, en general, las mujeres no viven de acuerdo a su verdadera naturaleza y potencial. Es importante permitirse, retirarse donde pueda expresarse de forma libre.
Podemos sentir una sensualidad y erotismo diferente, no ligada a la procreación, sino más libre, creativa y mágica. Induce a un estado más introspectivo, receptivo, intuitivo, relajante… Está vinculada al otoño y a los arquetipos de la hechicera, la sacerdotisa, la chamana, la alquimista…
En esta fase y en la menstrual, hay una mayor actividad del hemisferio cerebral derecho, lo que facilita el pensamiento abstracto, sutil e intuitivo.
Esta sociedad nos quiere siempre en las etapas preovulatoria y ovulatoria, donde somos más eficientes, tolerantes, sociables y entregadas a los demás. Queremos gustar y ser aceptadas por los demás porque de forma biológica buscamos la procreación.
Pero la etapa premenstrual, sin Síndrome premenstrual (SPM), y la menstrual, no son bien aceptadas. Justamente son las que nos dan poder de transformación y de conectar con lo invisible y mágico de la vida.
Esta sociedad no nos quiere brujas ni hechiceras porque somos más poderosas y menos condescendientes, no tan racionales, pero más sabias e intuitivas.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM)?
El Síndrome Premenstrual (SPM) y el Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) son trastornos neuroendocrinos.
El Síndrome Premenstrual (SPM) se refiere a una amplia gama de síntomas físicos, emocionales y conductuales que pueden ocurrir desde la ovulación hasta la menstruación. Se dan en la fase lútea y en la etapa premenstrual, donde se desarrolla la progesterona.
Es importante, como camino de autoconocimiento, registrar durante un tiempo un calendario menstrual a modo de diario. Ahí podremos observar si existen patrones, temas que se repiten y ver cuáles precisan ser abordados para nuestra mayor plenitud y felicidad. Nos ayudará a identificar incluso el Síndrome Premenstrual.
Hay más de 70 síntomas agrupados en el Síndrome Premenstrual (SPM). Se calcula que 3 de cada 4 mujeres que menstrúan han experimentado alguna forma de Síndrome Premenstrual (náuseas, ansiedad, irritabilidad, bajo ánimo, cansancio…).
Hemos preparado un formulario para que puedas detectar si tienes síntomas del SPM, así como ayudarnos a estudiarlo, visibilizarlo y recabar información. Esto es muy importante para distinguir qué es parte de nuestra personalidad y qué es una disfunción hormonal, y por tanto, se puede prevenir o suavizar.
Podemos entender que los síntomas son llamadas de atención de nuestro cuerpo para ser escuchado, y si no lo atendemos puede aumentar la intensidad o gravedad, como si gritara más fuerte…
¿QUÉ ES EL TRASTORNO DISFÓRICO PREMENSTRUAL (TDPM)?
El Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) era una parte del Síndrome Premenstrual hasta que ha sido clasificado como enfermedad mental.
Es una afección, en la cual una mujer tiene síntomas de depresión graves, irritabilidad y tensión antes de la menstruación.
Los síntomas del Trastorno Disfórico son más intensos que los que se observan con el Síndrome Premenstrual, y depende de diversos factores donde una mujer puede desarrollar esta intensidad, sensibilidad, carácter, biografía, genética…
En el Síndrome Disfórico se pierde el contacto con la realidad y aparecen síntomas casi psicóticos. Como hemos comentado más arriba, Backstrom, el ginecólogo de Umeä, dijo que se trata de mujeres que tienen una base bipolar o tendencia a una gran excitabilidad mental o pensamientos suicidas. El efecto del exceso de estrógenos aumenta la noradrenalina y adrenalina a límites muy altos. Si la paciente tiene rasgos de bipolaridad es importante consultar con un psiquiatra en estos casos. Al tratar el problema psíquico de base, el Síndrome Disfórico mejora.
En nuestra cultura estamos condicionadas al qué dirán y no expresamos nuestra “locura sana”. Sin embargo, sí interesa diagnosticar la “locura enferma”, y nos administran psicofármacos para volver a nuestro cuerpo-mente jaula.
CAUSAS DEL SÍNDROME PREMENSTRUAL
El equilibrio hormonal se rompe por la contaminación, la represión y el estrés.
Un desequilibrio hormonal representado por el exceso de estrógenos, que deriva en una insuficiencia de progesterona, es la clave de casi todos los problemas ginecológicos, afectivo-sexuales y psicológico-emocionales de las mujeres.
La carencia de progesterona provoca un aumento excesivo en la liberación de prolactina. Esto origina la mayoría de los síntomas del Síndrome Premenstrual (SPM) y el Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM).
Las causas de este desequilibrio tienen multitud de causas, que provocan amplitud de características e intensidades.
Las glándulas endocrinas están unidas entre sí por un sistema de comunicación químico que son las hormonas, lo que le pasa a una afecta al resto.
A su vez, el sistema endocrino está ligado al sistema nervioso a través de los neurotransmisores, y ambos sistemas rigen todo el organismo.
Pueden aparecer diversas molestias que no se identifican con una base de desequilibrio hormonal: metabolismo, inmune, músculo-esquelético, conductual-emocional… que parecen formar parte de nuestra personalidad.
En la etapa premenstrual algunas de las sensaciones y comportamientos iniciales se manifiestan como respuesta saludable o reacción natural a un contexto inapropiado para la integridad de la mujer. Así, los síntomas serían los conflictos encarnados que ya han permeado la estructura neuroendocrina, de tal forma que se ha instaurado una enfermedad.
Somos seres altamente adaptables al medio, y para ello nuestra genética es modificable por medio de la cultura. A eso lo llamamos epigenética. Vivimos en una cultura judeo cristiana, patriarcal y capitalista que nos quiere sumisas, dependientes e insatisfechas.
FACTORES CULTURALES ACTUALES QUE AFECTAN AL VULNERABLE SISTEMA NEUROENDOCRINO:
- Desconocimiento y desconexión con el ciclo menstrual y la sabiduría ancestral. Son los ciclos y elementos de la naturaleza que facilitan la renovación y la evolución a nivel material y espiritual.
- Represión sexual-creativa y de expresión artística emocional a través del cuerpo-mente. En realidad, si nos ponemos “histéricas” (que viene de la palabra griega hysterium, que significa útero) es porque no estamos expresando toda esa creatividad y nos desborda.
- Frustración de las relaciones afectivo-sexuales satisfactorias. Con nosotras mismas, nuestras criaturas y de apoyo mutuo entre mujeres. Idealización del amor romántico y cosificación del cuerpo femenino que favorece relaciones machistas. Falta segregación de hormonas del placer cotidianas: dopamina, oxitocina, serotonina, endorfinas. Los orgasmos en la vida diaria benefician a la salud general, sobre todo en la mujer (por la conexión compleja existente entre los órganos sexuales y el sistema nervioso).
- Estilo de vida que propicia el estrés mental, la separación de los sentidos, la intuición, el aquí y ahora, con un ritmo forzado y una sobreinformación que impide la constante escucha y regeneración del organismo. Como este ritmo crea agotamiento, es común el consumo de estimulantes. Se agotan las glándulas suprarrenales y nos mantiene con altos niveles de cortisol, donde se activa el sistema simpático, que limita el óptimo rendimiento de los sistemas de regeneración del organismo.
- Desajuste con los ritmos circadianos. Cuando se altera el ritmo de descanso con estímulos y horarios, falta melatonina. Provoca insomnio, que afecta al sistema nervioso, endocrino, inmune, etc.
- Alimentación inflamatoria y adictiva con déficit de nutrientes (azúcar, lácteos, gluten, café, alcohol). Medicación que sobrecarga el hígado. Este órgano es el encargado de filtrar los tóxicos y ayuda a metabolizar el sobrante de estrógenos en la ovulación para dar paso al incremento de la progesterona. La bajada insuficiente del nivel de estrógenos impide la subida necesaria de progesterona.
- Exceso de prolactina (PRL). Los niveles más elevados son en la fase ovulatoria y lútea. Se regula a través de la dopamina y se sintetiza en el lóbulo anterior de la hipófisis.
- Contaminación ambiental que conlleva alteradores hormonales en todos los plásticos, humos, hormonas químicas presentes en anticonceptivos y en la cría de animales, pesticidas en los espacios, alimentos, cosméticos, productos de limpieza, tejidos, aire, agua, contaminación electromagnética, WIFI, 4G, 5G… Las sustancias químicas liposolubles son más fáciles de acumular en las personas con más tejido graso. Las mujeres tienen casi un 15 % de materia grasa más que los hombres. Esto las convierte en «bioacumuladoras químicas». Se ha demostrado dicha contaminación al encontrar xenoestrógenos en toda la sangre menstrual analizada.
TRATAMIENTO DEL SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM) Y EL TRASTORNO DISFÓRICO PREMENSTRUAL (SDPM)
CRONIFICANDO EL DESEQUILIBRIO
Cuando hay desajustes hormonales se prescriben hormonas sintéticas que imitan a los estrógenos y la progesterona en diversos formatos: píldora anticonceptiva, DIU hormonado, aro, parche, etc…
A menudo, se presentan como reguladores del ciclo, pero resultan ser anuladores del ciclo menstrual. Este tratamiento, que en su inicio sólo era un anticonceptivo, también cronifica el desequilibrio hormonal, pues los ovarios disminuyen sus funciones y afectan a nivel físico, mental, emocional y sexual. Los efectos adversos afectan a nivel cardiovascular y el cáncer.
De hecho aunque sea una combinación de estrógenos y progesterona, el organismo lo asimila todo como estrógeno y empeora el desequilibrio hormonal más común de base, que es un exceso de estrógenos y una carencia de progesterona.
Las hormonas sintéticas también contribuyen a la contaminación ambiental del planeta y sus ecosistemas. Por medio de la orina, estas hormonas químicas acaban en los acuíferos y ecosistemas, alterando incluso genéticamente órganos reproductivos en numerosos seres vivos.
Se prescriben psicofármacos: ansiolíticos y antidepresivos, sin descartar previamente si se debe a un desajuste hormonal. Estos medicamentos provocan efectos secundarios, adicción y sentimientos de culpabilidad, frustración y discriminación social. Estos tratamientos al no resolver el desajuste hormonal de base, éste se cronifica.
USO DE HORMONAS SINTÉTICAS PARA TRATAR EL SÍNDROME PREMENSTRUAL
En el Síndrome Premenstrual (SPM), en vez de escuchar las necesidades no atendidas que causan el malestar y que supondría revisar el paradigma social actual, se prescriben hormonas sintéticas para anular los ciclos menstruales.
Se convierte en un acto político erradicar las fases del ciclo de las mujeres. Sea cual sea el problema, siempre ofrecen la misma solución. Sin ovulaciones, sin menstruaciones, se pretende anular la voz de las mujeres, pero no su malestar ni sus causas.
Se empeora el desequilibrio hormonal que causa el exceso de estrógenos, en cada mujer y en cada ecosistema, por medio de la orina. Esa orina cargada va a nuestras aguas y nuestros suelos.
Los anticonceptivos hormonales, aunque sean más “suaves” en composición y combinación de estrógenos y progesterona, impiden la ovulación. El organismo sintetiza la progesterona artificial como un tipo de esteroides. Aumentando otra vez la hiperestrogenización.
Tienen efectos adversos y se han relacionado con: enfermedades cardiovasculares, sobrecarga del hígado, cáncer de útero y mamas, problemas de fertilidad, disminución de deseo sexual…
No olvidemos lo que no se ha analizado: cuánto afecta al resto de glándulas endocrinas como la tiroides, la desconexión, confusión, falta de capacidad crítica, de decisión, etc..
Es importante recordar que los anticonceptivos hormonales no regulan el ciclo. Lo anulan, porque los ovarios dejan de producir hormonas sexuales al entrar las químicas en el torrente sanguíneo. Por supuesto, dejas de ovular. Por eso se impide la concepción, y dejas de menstruar. El llamado «sangrado de privación» se produce por cambios de vascularización al parar la administración hormonal externa. No es sangre menstrual.
PSICOFÁRMACOS PARA EL SÍNDROME DISFÓRICO PREMENSTRUAL (TDPM)
En el caso del Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM), cuando la intensidad del malestar persiste o se agrava a nivel emocional-conductual, se deriva a psiquiatría. Por supuesto, además de las hormonas artificiales. Se ha creado como categoría diagnóstica de trastorno mental, dentro del trastorno depresivo, y es tratado con antidepresivos.
Tomar antidepresivos puede generar sentimiento de fracaso, autotraición, culpa y confusión. Crean adicción y generan desconexión interna. A menudo, las mujeres siguen tomándolos por miedo a parar la medicación y no saber gestionar el cambio.
Es necesario crear centros especializados para el acompañamiento en la deshabituación de psicofármacos de forma integral. Psicoterapia, plantas medicinales como el Hipérico, hábitos de vida saludables de ejercicio, meditación, alimentación consciente y nutritiva…
Es muy difícil que una mujer tomando psicofármacos y hormonas sintéticas pueda ser una misma y ser feliz. Con los anticonceptivos hormonales te desconectas de tu cuerpo, tus deseos, tu sexualidad creativa y tu capacidad crítica y transformadora.
LA FALTA DE PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA MEDICINA
Nos encontramos ante una auténtica castración de la mujer provocada por la sociedad en general y la médica en particular.
Cuando una mujer acude a un especialista no se tiene en cuenta su condición cíclica básica. Se olvida la relevancia que tiene el sistema endocrino en su salud general, tanto en el sistema inmune, estados inflamatorios o metabolismo como en el estado emocional o mental.
La falta de hierro en sangre es algo muy común en la población femenina. Más, cuando por el desequilibrio hormonal, el sangrado es abundante (más de 80 cm3). También puede haber falta de magnesio, potasio… La alimentación actual resulta deficitaria en minerales. Estas carencias pueden ocasionar síntomas tanto en el sistema músculo-esquelético como dolores de cabeza, inflamación, fatiga, tristeza, etc. A menudo se tratan de forma superficial sin ir a las causas.
Cada vez, es más común entre las mujeres el Síndrome de Sensibilidad Química o Múltiple. También la fibromialgia y la fatiga crónica. Enfermedades autoinmunes, problemas de tiroides… Son los cuerpos-mentes de las mujeres expresando al límite su resistencia a un medio agresivo y una falta de educación en autoamor.
Por ello es tan importante distinguir, aceptar e integrar este cambio cíclico y cómo afecta a nuestra vida. Comprender que somos cambiantes y tenemos diferentes capacidades y necesidades a lo largo del mes. Comprendiendo esto y respetándolo, a menudo es suficiente para vivir la vida que nos pertenece y merecemos. Es maravilloso vivir de acuerdo a nuestros ritmos naturales.
Este autoconocimiento nos da poder para decidir sobre nuestros cuerpos. Exigir nuestros derechos de adecuar los contextos a nuestra diferencia. Respetarnos para ser respetadas.
VITEX AGNUS CASTUS PARA EL SÍNDROME PREMENSTRUAL (SPM) Y EL SÍNDROME DISFÓRICO PREMENSTRUAL (SDPM)
En una revisión de estudios clínicos de evidencia con grupo control de Vítex agnus castus para el Síndrome premenstrual (SPM) y Síndrome Disfórico Premenstrual (SDPM), concluyen los autores que los ensayos controlados aleatorios que utilizaron extracto de Vítex agnus castus para el tratamiento del SPM y el SDPM, sugieren que es una alternativa segura y eficaz a considerar en el tratamiento de estos síndromes.
Ginevitex®: Sé tú misma, sé feliz
Desde la atención personalizada de Ginevitex hemos podido acompañar a mujeres que, diagnosticadas de Síndrome Disfórico Premenstrual, e incluso de trastorno bipolar, han recobrado el bienestar. Restablecen el equilibrio hormonal de forma efectiva, segura y natural tomando Ginevitex®.
La Vitex agnus castus fue catalogada como planta medicinal por la Agencia Europea del Medicamento a raíz de los estudios realizados para tratar con evidencia científica el Síndrome Premenstrual. Esto permite que se pueda recetar en ginecología y así dar opciones naturales y seguras en los tratamientos ginecológicos y psiquiátricos. Además existen las presentaciones como complemento alimenticio, que es el caso de Ginevitex®.
UN MUNDO MEJOR
La cultura y las emociones moldean los cuerpos. El estrés, la contaminación ambiental y electromagnética nos afecta. Los niveles de estrógenos y progesterona se desequilibran y la prolactina se dispara. Estamos rodeados de disruptores endocrinos.
Entonces, en lugar de tener paz y sosiego para reencontrarnos con nosotras mismas, estamos desquiciadas, a la defensiva e irascibles.
Las mujeres no tenemos que sufrir por el hecho de ser mujeres, aunque este mensaje esté grabado en nuestra psique y en nuestro cuerpo.
“Ha llegado el momento de cuidar de nosotras, amarnos tal y como somos, pariendo nuestro mundo más hermoso cada día. Nos amo.”
– Ana Vitex –
Este artículo está acompañado por el vídeo que tienes aquí debajo. La información es complementaria al artículo, aunque obviamente algunos conceptos se repiten, pero si te interesa el tema, hay buena información para ti tanto en el vídeo como en el artículo.
FUENTES:
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002219.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Ritmo_circadiano
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29063202/
https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.3109/13697137.2015.1041232?journalCode=icmt20
https://comeconsalud.com/alimentacion-nutricion/metabolismo-basal-que-es-para-que-sirve/
https://www.news-medical.net/health/What-is-Estradiol-(Spanish).aspx
6 comentarios en «SÍNDROME PREMENSTRUAL Y SÍNDROME DISFÓRICO PREMENSTRUAL»
Maravilloso texto!!! Empiezo a ver coherencia en mi existencia al comprender cómo fincionamos. Me empodera y me reconcilia con mi naruraleza cambiante.
Muchas gracias Mercedes. Para nosotras es un placer acompañaros y que nos acompañéis. Un abrazo.
Me encanta todo lo que has explicado, eres espectacular. Gracias
Hola, soy Belén, del equipo Ginevítex.
Gracias a ti por acompañarnos. ¡Un saludo!
Muchas gracias por la información.
Cada mes creo que sufro más el síndrome premenstrual y me identifico con muchas de las cosas aquí expuestas.
Gracias de corazón!
Gracias a ti Esther, nos alegra que te resulte tan útil esta información. Un abrazo.
– Belén, equipo Ginevítex –