Nos encantan los corazones
Desde pequeña me encantaba dibujar corazones. Unos como pompas, otros redonditos y de todos los tamaños. Y… ¿no solo a mí verdad?.
Desde que tengo una hija (antes, solo tenía hijos), veo que también a ella le encantan. Prefiere la ropa que tenga corazones, encuentra piedras con esta forma… Ambas vemos corazones en cualquier lugar y a muchas amigas les pasa lo mismo…
Úteros con corazón
Por un lado sabemos que representa al Amor, que es la fuerza vital y la emoción más sanadora y transformadora que existe. Entiéndase, en todas sus variables: conexión, aceptación, comprensión, comunión, autoestima, pasión, paz, entrega, valor de la existencia y la Vida misma.
Por otro lado, su forma corresponde al órgano que manifiesta el ritmo interno. Casi nadie se acuerda que corresponde, también, con la forma de nuestro útero o matriz. Ambos: corazón y útero tienen el tamaño de nuestro puño. Están conectados en línea recta, segundo y cuarto chacra: Ambos construyen nuestra visión del mundo, armónica o no, según sea la relación entre ambos “corazones”.
Nuestro útero también late, tiene un ritmo de movimiento y responde a nuestros estados de ánimo. Ambos bombean pulso de Vida y guían el rumbo de nuestro caminar.
Nuestra fuente de vida, amor y creatividad
Esta sociedad quiere mantener al útero escondido, asustado y tenso. La moda del vientre plano acarrea una tensión en su palpitar.
El útero, es un lugar sagrado donde gestamos Vida, en todos los sentidos. Un lugar donde sentimos las mariposas del enamoramiento, los orgasmos más intensos… En él, la creatividad, el amor, la voluntad y la pasión emanan, como si de de una fuente inagotable se tratase…
Recuperando la conexión útero-corazón
Una buena práctica para realizar cada día y recuperar la conexión útero-corazón sería:
- Al despertar o antes de dormir, sentadas o tumbadas, posar ambas manos a la altura del útero, en el bajo vientre y sentir lo que quiera contarnos.
- Cuando lo hayamos escuchado/sentido/visto pasamos a elevar y posar una mano a la altura del corazón. Dejamos la otra donde estaba, y escuchamos/sentimos también al corazón. La actitud es lo más relajada posible, de apertura, sin expectativas, simplemente nos otorgamos un espacio para conectar con nosotras con cariño.
- Cuando hayamos recibido, les invitamos a mirarse, a acercarse, a encontrarse…
Si nuestro útero y corazón van de la mano, nuestras decisiones y pasos serán semillas fértiles que florecerán a nuestro alrededor. Es magia autocurativa amorosa al alcance de todas.
¡Y a pintar corazones por donde nos plazca!
Con gratitud y amor.
Ana