Como muchas mujeres, padecía fuertes dolores de regla que limitaban mi vida. Ahora, entiendo que esos desajustes hormonales femeninos eran algo más que una herencia materna.
Mi vida era un vaivén de cambios hormonales femeninos en todos los niveles: anímico, emocional, mental y conductual. Por suerte, se cruzó en mi camino la Vitex agnus castus. Empecé a tomarla en infusiones y resultó ser un alivio para mis hormonas femeninas alteradas.
Lo empecé a compartir con mis amigas y las mujeres que conocía, pues sentía que no podía guardar para mí sola ese conocimiento. Todas tenían que saber que había un tratamiento hormonal natural para mujeres que mejoraba notablemente los síntomas de desarreglos hormonales.
Durante una época recolectaba yo misma el sauzgatillo, vivía en la costa mediterránea y la encontraba, por suerte, allá donde iba. Cuando fuimos a vivir al norte la busqué por herbolarios y apenas se conocía. Parece que mi misión era dar a conocer la planta y seguía regalando Vítex, pero en pastillas.
Fue una idea de mi socio, Yeray, que me propuso: