El estrés es muy frecuente en casos de problemas de fertilidad, más aún cuando hay que recurrir a buscar ayuda con técnicas específicas como la fecundación in vitro o la inseminación artificial.

Que los tratamientos de reproducción asistida producen estrés no será una novedad para ti si estás inmersa en ellos aunque quizás sí si no los has vivido de cerca.

Lo normal, siendo realistas, es que el embarazo no se consiga a la primera y que con cada tratamiento el estrés vaya en aumento. Aunque no haya problemas de tiempo (que sí los hay  en caso de baja reserva o edad de la mujer avanzada) o dinero (se pueden agotar los tratamientos públicos y el desembolso de cada tratamiento es considerable); siempre los hay de energía.

Por eso hoy hemos querido que Beatriz Tierno, experta en mindfulness y Programación Neurolingüística, además de mamá por fecundación in vitro, nos hable de la relación entre estrés, infertilidad y mindfulness.

Porque sabemos lo dura que es la experiencia sobre todo cuando el camino se alarga y el embarazo no llega a pesar de los intentos. En estos casos

EL ESTRÉS SIEMPRE ACOMPAÑA, DE UNA FORMA U OTRA, A LA INFERTILIDAD

La investigación ha demostrado que las mujeres sometidas a tratamiento por infertilidad tienen un nivel de «estrés» similar, y con frecuencia más alto, que el de las mujeres que se enfrentan a enfermedades mortales como el cáncer o enfermedades del corazón.

Para muchas mujeres supone una auténtica crisis vital enfrentarse a problemas de fertilidad y tener la incertidumbre de si lograrán o no cumplir su deseo de ser madres, independientemente de si recurren o no a la reproducción asistida.

Cada regla es un duelo por lo que puedo haber sido y no fue.

Y en el caso de optar por técnicas de reproducción asistida, cada tratamiento es un desgaste, una ilusión puesta en un proceso cuyo desenlace no es el esperado y el estrés se va multiplicando.

Tienes un deseo enorme de crear vida, de acoger un nuevo ser en tu vientre y amarlo y te frustra cada intento fallido.

La realidad es que cada fracaso normalmente te acerca al éxito, ya que la tasa de no embarazo con ciclos acumulados es tan baja que ya hay clínicas por las que pagas por asegurarte embarazo.

Pero eso no impide que el estrés esté siempre acompañando a la incertidumbre que caracteriza la infertilidad.

Es evidente que es una consecuencia de la infertilidad, pero hace ya bastante tiempo que se investiga la relación entre estrés e infertilidad por si fuera también una causa.

¿HABRÍA UNA RELACIÓN CIRCULAR ENTRE LA INFERTILIDAD Y EL ESTRÉS?

Hay factores que pueden influir en nuestra capacidad reproductiva y está bien prestarles atención, como pueden ser la alimentación, el ejercicio, el consumo de tóxicos, la ingesta de suplementos fértiles como Ginevítex o el manejo del estrés.

No somos culpables, pero sí responsables de cuidarnos y buscar ayuda si no somos capaces por ejemplo de manejar nuestros niveles de ansiedad.

Más allá de que disminuir el estrés aumenta la tasa de éxito de un tratamiento de reproducción asistida, estoy segura de que aumenta las probabilidades de soportar el desgaste de ciclos fallidos y volver a intentarlo hasta conseguirlo.

Desde siempre se han embarazado mujeres en situaciones de fuerte estrés como guerras, violaciones, muertes cercanas o catástrofes naturales. Por tanto, el estrés no lo es todo, y esto hay que tenerlo claro.

CON ESTRÉS SE PUEDE CONCEBIR. Y SIN ESTRÉS A VECES NO SE PUEDE CONCEBIR

Eso de ‘relájate y verás como llega’ no solo no suele funcionar, sino que con frecuencia hace mucho daño a quien lo desea y no lo consigue.

Casi siempre hay una razón médica o física que dificulta alcanzar el embarazo, aunque a veces no se conozca. Y que otros te digan que relajándote se soluciona todo, nos hace sentirnos más incomprendidas. Podemos asegurar, con los datos que disponemos en la actualidad, que esa “ansiedad” u “obsesión” no es la única culpable de no conseguir el embarazo.

Si bien es cierto que hoy sigue siendo un misterio la relación exacta entre el estrés y la fertilidad, el impacto que este ejerce en la fertilidad es imposible de ignorar a la luz de multitud de estudios publicados en las revistas científicas más importantes en materia reproductiva, que demuestran cómo el estrés afecta de manera significativa reduciendo la probabilidad de que una mujer pueda quedarse embarazada de manera natural, e incluso cuando la misma recurre a técnicas de reproducción asistida.

¿QUÉ ES EL MINDFULNESS O ATENCIÓN PLENA Y QUÉ BENEFICIOS TIENE PARA LA FERTILIDAD?

Mindfulness, o atención plena, es la habilidad de dirigir la atención intencionalmente hacia la experiencia presente con total aceptación. Es decir, enfocar tu atención voluntariamente, al aquí y al ahora (no a otro espacio o tiempo) y sin ningún juicio, solo con aceptación.

Esta habilidad, como otra cualquiera, no se aprende solo con proponérselo o leer libros al respecto. Es necesario practicar y la constancia es la clave.

Según señala su principal difusor, el Dr. Jon Kabat-Zinn, esta manera atenta y neutra de observar y estar presentes en nuestra experiencia, desactiva gradualmente los patrones mentales habituales que son la base del malestar humano: el “apego” hacia lo que consideramos agradable, la “aversión” a lo que consideramos desagradable, y la “ignorancia” de las auténticas causas de la felicidad, conocidos como los “tres venenos” en la tradición budista (Kabat-Zinn, 2003).

Algunos de los beneficios de la práctica de la atención plena:

• La meditación puede hacerte más feliz.
• El mindfulness puede disminuir tu ansiedad o depresión.
• La práctica de la atención plena mejora la concentración y la atención
• Reduce el miedo.
• El mindfulness mejora la biología y bioquímica del cuerpo

RELACIÓN ENTRE MINDFULNESS Y FERTILIDAD

Pero concretamente, ¿qué relación hay entre mindfulness y fertilidad? ¿Y cómo la meditación puede afectar a nuestra fertilidad o ayudarnos en infertilidad?

En primer lugar, hay que destacar que los síntomas de depresión y ansiedad son frecuentes en situaciones de infertilidad, los cuales, a menudo, llevan al abandono de los tratamientos de reproducción asistida por el gran malestar emocional que generan.

La práctica de Mindfulness o Atención Plena es eficaz para prevenir el estrés y la depresión. Pero, además, aumenta el bienestar subjetivo y la capacidad de aprendizaje y toma de decisiones.

Y todos estos beneficios del mindfulness pueden ayudarnos mucho en infertilidad disminuyendo este malestar emocional que se presenta con tanta frecuencia y permitiéndonos tomar decisiones desde la serenidad barajando las diferentes opciones. Es muy importante sentirse capaz de tomar estas decisiones a veces trascendentales desde la tranquilidad, la aceptación y la compasión.

Así mismo, el mindfulness nos permite salir del modo automático obsesivo en el que nos vemos metidas muchas veces cuando no logramos ser madres. Y es que el mindfulness te permite reconocer dónde está tu mente en este momento y dirigirla voluntariamente donde tú quieres.

Además, la práctica de mindfulness también disminuye el estrés oxidativo que está  estrechamente relacionado con la mala calidad ovocitaria y espermática.

Y por si fuera poco, el mindfulness disminuye la inflamación crónica detrás de tantos problemas relacionados con la fertilidad como pueden ser la endometriosis, dolencias autoinmunes o digestivas que conllevan malabsorción de nutrientes o alteración de la microbiota.

Por todo ello, te recomiendo de corazón que inicies alguna práctica de meditación o mindfulness si tienes problemas de fertilidad. Primero porque  puede ayudarnos quizás a conseguirlo más fácilmente. Y segundo, porque nos ayuda seguro a aceptar con más serenidad cada paso del camino y confiar en nosotras y nuestros cuerpos fértiles.

Beatriz Tierno, también Mamá Original, es mamá por FIV y acompaña desde hace más de cinco años a mujeres que quieren y no pueden ser madres a recorrer el camino de la infertilidad con serenidad y optimismo lúcido. Aquí puedes conseguir la Guía para esperar mejor mientras esperas con consejos prácticos y un audio de relajación de cuerpo y útero