El amor propio debería ser lo principal para todas, pero es difícil, a veces no sabemos ni por dónde empezar.
Es fácil decirlo, pero luego otra cosa es vivirlo. Entendemos que es un proceso y que estamos todas en ello.
Dentro del autoamor hay muchísimos aspectos, y algo a lo que nosotras le damos mucha importancia es a la sexualidad.
La sexualidad entendida como la capacidad de sentir placer, y cómo eso nos hace sentir bien con nuestro cuerpo.
Hay muchos problemas con simplemente aceptar y querernos tal y como somos, con ser capaces de sentir que somos completas, que podemos darnos amor, placer, cariño, ternura, todas las facetas que necesitamos. Tenemos interiorizado que es alguien de fuera el que tiene que venir a dárnoslo.
La sexología es una gran desconocida, tan extraña que casi nadie hemos ido nunca a una consulta.
Sin embargo, sería tan importante conocer cómo a veces nos conformamos cuando en realidad podríamos aprender. Es simplemente entender que aunque nuestra sexualidad esté bien, podríamos saber que puede mejorar.
Y luego está la parte donde sí que hay problemas reales (no tener deseo, no tener placer, tener problemas ginecológicos o psicológicos…).
Ana Vítex tuvo el placer de entrevistar a Irene Aterido, sexóloga especializada en endometriosis.
Puedes ver el vídeo con la entrevista completa aquí:
Las mujeres tenemos un don para sentir placer constantemente y transmutarlo en una sociedad mejor. Y justamente ahí es donde la sociedad nos ha reprimido.
Me duele mucho cuando hay tantos problemas para disfrutar, porque justamente creo que tenemos una capacidad impresionante. Creo que hay ahí un trabajo de por vida en realidad.
Veo una reivindicación constante de las mujeres que llegan hasta a mí de ser bien atendidas por los médicos. Siempre me preguntan si les puedo aconsejar algún profesional con perspectiva de género y perspectiva holística, que las empodere y no las hundan más.
Para ello hemos lanzado un directorio de profesionales respetuosos con la salud femenina. Estos profesionales de todos los ámbitos tienen una visión más holística, integrativa y naturista.
– Ana Vítex –
Puedes consultar el directorio aquí
SEXOLOGÍA
La ginecología está separada de la sexología, lo cual es muy curioso.
Cuando hablamos de sexualidad, no hablamos de los genitales. La sexualidad somos nosotras, es nuestra identidad, y la tenemos desde que nacemos.
Las sexólogas nos dedicamos a muchas cosas distintas. A educar, a informar, a divulgar… pero también hacemos intervención y terapia. La terapia la hacen las psicosexólogas.
Salud sexual
La salud sexual tiene que venir también desde la salud emocional y desde el poner límites, desde cómo te relacionas y qué no puedes negociar.
Cuando hay una relación de pareja desigual, cuando no hay unos límites, o cuando no hay asertividad ni equilibrio.
Aquí trabaja una sexóloga. Esa es la gran diferencia entre la ginecología y la sexología.
A una sexóloga vas cuando tienes dificultades en la relación o en la sexualidad.
Pero con tu sexualidad como tu identidad. La faceta sexuada de tu identidad. No solo el cuerpo, sino también las emociones, cómo te sientes. Cuando ves que no lo puedes manejar tú sola o cuando quieres saber más a nivel de desarrollo personal.
Realmente es algo que te enriquece a ti y a tu pareja, en el caso de que vayas con ella.
¿Para qué haces el amor?
¿Desde qué lugar te relacionas y cómo te relacionas?
En sexología tenemos determinadas teorías sobre para qué nos sirve la relación sexual y qué función cumple.
La teoría número uno que lo permea todo es la comunicación.
Por eso cuando empiezan a haber problemas de comunicación, eso se traslada a las relaciones sexuales.
Luego también está la teoría del placer. ¿Nos permitimos sentir el placer?
Esas son las dos grandes funciones.
¿Para qué lo hacemos?
Para pasarlo bien y para estar en relación. Para comunicarnos con el otro, con la otra, con los otros o con las otras, o con nosotras mismas. Para decirnos cuánto nos queremos o para decir cuánto queremos al otro o la otra.
Y eso se pierde por el camino, porque realmente el discurso patriarcal lo llevamos incorporado. Incorporado en el cuerpo.
Las relaciones sexuales las solemos hacer con una perspectiva que es aprendida, que es como creemos que se debe hacer.
Mi labor suele ser desmontar creencias, mitos y demás. Siempre se habla en sexología sobre los mitos. Yo creo que más que mitos son falsedades.
No, no son mitos, son narrativas que se construyen. Que todos nos creemos los cuentos que leemos y dan para toda una vida.
¿Por qué hay personas que tienen un orgasmo deseado y placentero, y al tenerlo sienten rechazo y no quieren ni que los toquen?
A veces llegamos al encuentro sexual con una gestión emocional un poco deficitaria.
Muchas veces tenemos mucho estrés. Y mucha gente utiliza las relaciones sexuales para soltar, para descargar, para desestresarse.
Entonces esto ocurre porque la persona no ha hecho esa gestión emocional, y entonces, a lo mejor no son unas relaciones sexuales para el placer y para la comunicación, sino que son para otra finalidad.
Esto no está mal ni bien. Simplemente es tomar conciencia de que no es una descarga.
Realmente el punto de partida es que hacemos lo que podemos con lo que tenemos. Y por otro lado, las relaciones sexuales hay que aprenderlas.
Se aprende, pero no a nivel técnico, que también, sino que vas experimentando cómo son esos sentimientos y esas sensaciones en tu cuerpo, y qué es lo que te proporciona placer y qué es lo que no.
Entonces vas aprendiendo cada vez más. Cuanto más te masturbes, mejor, más te conocerás y serás más capaz de pedir y recibir lo que te mereces cuando estés con otra persona.
Por ejemplo, ¿qué pasa cuando tienes una penetración y luego te quedas mal? Hay mucha gente que le pasa eso, sobre todo a muchas mujeres. Una sensación de vacío.
Esto suele pasar porque vas al encuentro erótico con todo esto sin resolver, sin tomar conciencia, desde dónde lo haces y desde dónde lo hace el otro (que al otro también le puede pasar).
Esto tiene nombre: disforia post coital.
Te quedas triste y vacía, e incluso te das asco. Puede haber muchos sentimientos muy difíciles, muchas emociones, porque precisamente no has hecho una gestión emocional antes, no has estado en contacto con lo que te pasaba y lo que realmente necesitabas.
A lo mejor no necesitabas una penetración ni algo muy fogoso, a lo mejor necesitabas primero llorar y ya después embarcarte en ello.
Entonces por eso aparecen esos sentimientos de tristeza y demás.
¿Por qué me cuesta tanto eyacular cuando disfruto tanto? Siento mini orgasmos, pero no llego a correrme.
Pues si disfrutas, no necesitas una eyaculación para disfrutar.
Como ahora también se ha marcado el tema de que las mujeres eyaculan, ahora también hay mujeres que se sienten presionadas y se sienten mal porque no eyaculan.
Muchas veces nos creamos problemas en función de estándares. Lo que vemos en la tele, en las películas, sobre todo en las películas románticas, con ese amor romántico que es tóxico.
Son estándares irreales, como normas que nos hemos puesto.
Entendemos muy bien que los cuentos de hadas son mentira, pero entendemos muy mal que la comedia romántica es una película y que la vida no es una comedia romántica.
Entonces, si te lo estás pasando bien y luego no echas un chorrito, pues ya está, no lo echas y no pasa nada. Es como las mujeres que dicen que lubrican poco. ¿Pero para qué quieres lubricar más? Solo lo puedo entender en caso de que haya problemas para la penetración.
¿Por qué a veces después de tener sexo me escuece mucho la vagina, aunque use lubricante?
Podría ser por una cándida. A veces hemos pasado cándidas y nos las han tratado de la manera convencional, con óvulos, y eso no lo resuelve, porque lo que ha hecho es dejarte la vagina como un desierto, y la vagina tiene que tener sus bacterias estupendas, así como el intestino.
Que pese a utilizar lubricante te escueza, puede ser que la mucosa de la vagina esté alterada y haya que restablecer el equilibrio con otras medidas, no solo con el lubricante.
Esto hay que atenderlo, ver cómo está la mucosa vaginal, cómo está la mucosa intestinal y además, ver cuánto tiempo de calentamiento necesitas tú para entrar en materia. Que cada una somos únicas, pero la media es de 40 minutos para que una vagina saludable esté en su momento óptimo a nivel cardiovascular y a nivel de los tejidos para tener una lubricación óptima.
Si al usar el Satisfyer durante algún tiempo, bastante tiempo, ahora me cuesta más llegar al orgasmo con mis dedos y también con mi pareja. ¿Algún truco para solucionarlo? Hace tiempo que ya no uso el Satisfyer.
El tema de la estimulación. Esto pasa muchas veces, y la recomendación es dejar de usarlo un rato, pero también desde tu conciencia y tu voluntad. No lo tomes como una prohibición.
Hay zonas que son sensibles a estímulos que solo se pueden hacer con las manos, o solo con los dedos, o solo con el pene, o solo con la lengua. A veces no es posible hacerlo de otra forma, y ahí es donde la tecnología es la mirada de las mujeres.
Este tipo de juguetes ha abierto un mundo de placer para muchas mujeres, un mundo orgásmico y multiorgásmico que no habrían conseguido sin esos aparatos.
Lo que no puedes es querer comparar lo que te da una cosa con otra, al igual que no puedes comparar lo que te das tú sola con lo que te da otra persona.
¿CÓMO ACABAR CON LA CANDIDIASIS VAGINAL?
Es importante saber desde cuándo la tienes, si estás tomando la píldora anticonceptiva o no, saber cómo comes, y cómo comes. ¿Qué relación tienes con la comida? Y realmente, el momento de la ingesta, ¿qué representa para ti?
También el estilo de vida. ¿Cómo estás viviendo? Cómo gestionas el estrés, cómo duermes, cómo descansas…
¿Las relaciones sexuales que tienes son consentidas? ¿Son plenamente deseadas o no?
Todo esto es importante porque a veces el cuerpo humano debe protegerse de algo que no quieres ver. Y a veces se intoxica y a veces pasa.
Y luego también está el tema hormonal.
Por eso hay que saber también si estás tomando la píldora o no, porque muchísimas chicas empiezan a tomarla por motivos súper justificados y desde la conciencia, y zasca, ¿candidiasis?
Hay píldoras que no te dejan soltar esa candidiasis.
Hay una gran ignorancia en algunos ginecólogos, donde no vinculan la salud intestinal con la salud vaginal, o la salud a la microbiota del cérvix o la microbiota del útero. Que ahora sabemos que tiene microbiota.
Entonces claro, hay una ignorancia generalizada, no solo por parte de la mujer, sino de los profesionales que la atienden, que lo que te dan es un fungicida, y no te explican nada.
¿Qué pasa? Que hay que saber, hay que hacer la biografía de la cándida.
¿En qué momento de tu vida ha aparecido? ¿En qué estabas tú? Cuando te empiezas a percatar de que no es normal que te esté picando después de cada penetración, ¿qué es lo que está pasando ahí?
Hay que saber que la cándida altera la mucosa vaginal, y si la mucosa intestinal la tienes ya alterada, entonces conseguir sobreponerse va a tardar unos meses.
Todo el mundo sabe que cuando hay cándidas muy resistentes vamos a necesitar suplementos y vamos a necesitar un abordaje nutricional sí o sí.
En mi trabajo como sexóloga trabajo también como acompañante emocional en estos casos.
¿Qué relaciones estás manteniendo? ¿Qué está pasando con el estrés? ¿Qué está pasando con tu sexualidad?
La cándida va a producir escozor, picazón, malestar, e incluso grietas y heridas. Una sequedad con la que evidentemente no te va a apetecer el coito ni la penetración. Y a lo mejor ni siquiera te apetece masturbarte o que te toquen.
Entonces todo eso hay también que abordarlo para que no se haga más grande el problema.
SEXOLOGÍA Y LA BÚSQUEDA DEL EMBARAZO
Eso es algo que hacemos mucho en intervención en sexología, porque a veces la búsqueda del embarazo se convierte en un coito programado, haya o no procesos de fertilidad humana asistida.
Se convierte muchas veces en un agobio, y yo creo que desde el agobio no se puede tener una concepción fértil del sexo.
Una concepción fértil de verdad se hace desde el placer y desde el gozo. Saber que tienes ese objetivo, pero hagámoslo bonito.
¿Cómo mantener la líbido?
Para empezar, edúcate con el tema del registro del ciclo menstrual, saber cuál es realmente tu ventana fértil, porque no todo el mes vas a ser fértil. Y permítete también tener sexo de cualquier tipo, con penetración o no, en cualquier momento del ciclo.
Por ejemplo, si un día te apetece sexo oral aunque estés ovulando, pues adelante, porque hay muchas chicas que se agobian muchísimo estando pendientes de el día de ovulación.
Hay gente que está cansadísima, pero como toca, hay que hacerlo, y lo hace rápido y sin disfrutar. El cuerpo tiene primero que relajarse, sentir, confiar…
A estas parejas les diría que se seduzcan todo el mes, que si van solo de “aquí te pillo, aquí te mato” y lo viven como una carrera, al final se convierte en una inseminación. Y eso es un error, es horroroso.
El sexo fértil es un sexo que tiene en cuenta lo que comes, lo que le dices a tu pareja, cómo estás trabajando, si estás descansando…
El descanso es muy importante, ya que lo necesitas para poder ovular con calidad. Si no descansas, lo más probable es que haya falta de ovulación y después una amenorrea.
Es el eje número uno donde intervenir:
Cómo estás viviendo, y a partir de ahí, qué representa para ti la erótica en tu vida.
Porque hay gente más tranquila, muy poco sexual, y hay gente más viva. Esas son maneras de cultivar la erótica también.
La personalidad erótica se cultiva, se aprende. Sobre todo el autoerotismo.
Cómo uno puede puede construirse a sí mismo, y no esperar a que otro tenga que venir a que le relaje, que le descargue.
LA MEMORIA DEL CUERPO DE LA MUJER
Todas las mujeres tenemos experiencias de violencia, sutil o menos sutil.
Y una cosa es que lo recuerde tu mente, pero el cuerpo se lo recuerda. La vagina es muy sabia, sabe todo, y se cierra si tiene un recuerdo negativo.
Y cómo acumula el cuerpo. La información es increíble.
El cuerpo lleva la cuenta de los malos amantes, el mal sexo, las penetraciones que realmente no eran consentidas.
Hay alteraciones, se paraliza el deseo, el cuerpo dice “esto no me gusta y aquí me quedo”. Y es cuando nosotras reaccionamos con una contracción, con un vaginismo, con un dolor… Son cosas sutiles.
ESTRÉS Y SEXUALIDAD
Muchas veces creamos un problema basado en creencias, en lo que creemos que debería ser el sexo y de cómo lo viven los demás.
Casi todas las parejas que acompaño en terapia piensan que los demás follan más. Y yo les pregunto, ¿cómo es un día normal vuestro? ¿Cuándo te levantas? ¿Qué desayunas? ¿Dónde trabajas? ¿Tienes niños o niñas? ¿Cuidas de alguien? ¿Vives en la ciudad o en el campo? Todo eso influye. ¿Cuánto tiempo podemos dedicar para cultivar la erótica?
Hay dos tipos de personas: las que el estrés les pone y las que el estrés les retrae.
A la gran mayoría el estrés nos mata el deseo, nos lo va minando. Es difícil porque uno se desconecta del cuerpo.
SEXUALIDAD Y MENOPAUSIA
Con los años empiezas a reinventar tu erótica.
Es importante no compararse con como cuando eras joven. Lo que hay ahora es lo que hay, y hay que disfrutarlo.
Para algunas mujeres que han tenido unas relaciones heterosexuales tan malas, la menopausia es un alivio porque dejan de tener esa “obligación” de tener penetración.
Es este sistema en el que vivimos. Tenemos cosas como que la menopausia se vive desde ese lugar de renuncia, de que toda la vida he renunciado al placer y ahora tengo esta gran excusa para poder evitar hacer algo que no me gustaba, en lugar de comunicarlo y crear una nueva relación de pareja.
Las parejas heterosexuales vienen a mi consulta diciendo que ella no quiere. Y yo digo ¿y qué es lo que ella no quiere?
A lo mejor lo que no quiere es un coito de 5 minutos. A lo mejor no quiere un coito que finaliza con una eyaculación, pero sí quiere todo lo demás.
SEXOLOGÍA HOLÍSTICA
Lo más común que me encuentro en consulta es la falta de deseo, dolor, imposibilidad de conseguir la penetración, y ya luego todo el área de las relaciones.
A veces pensamos que el problema está en la pareja y luego se descubre que el problema real es otro, por ejemplo las cándidas.
O a veces hay un dolor en la vulva y puede venir de la memoria corporal por una mala experiencia.
En este sistema tenemos unas relaciones muy viciadas, muy poco claras y una relación con el cuerpo mala, ya que pocas mujeres aceptan su cuerpo. Y si no te sientes cómoda con tu cuerpo, es complicado también.
No nos miramos la vulva, ni sabemos cómo es nuestro cuello del útero. Cosas como meterse un dedo en la vagina o conocer el sabor del flujo del moco cervical, muchas mujeres no lo han hecho nunca. Tenemos un rechazo ante los fluidos y los olores de la vagina.
Si tu vida sexual mejora, mejora todo.
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