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CUERPO DE MUJER, ESPACIO DE LIBERTAD

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El cuerpo de la mujer es “un parque de atracciones diseñado para el placer”, según Mónica Felipe-Larralde. 

Entonces, ¿por qué no lo disfrutamos, vivimos en el dolor, nos duele la regla o parimos sufriendo? ¿De dónde llega la necesidad de fármacos para vivir con normalidad cualquier proceso de nuestro cuerpo? ¿Qué hace necesario el apoyo hormonal en la menopausia? ¿Por qué no nos sentimos cómodas con nuestro cuerpo?

Esta ponencia fue ofrecida por Mónica Felipe-Larralde, licenciada en derecho y experta en género y salud, en las primeras Jornadas de Salud Femenina desde el Placer, organizadas por Ginevítex en 2019.

Al contrario de la medicina, que “separa” para estudiar, Mónica elabora sus teorías y ejercicios tomando conocimiento de fuentes diversas. Conocimientos que llegan de filosofía, derecho, biología, sociología, antropología e incluso la religión. Esto hace que su visión sea muy completa.

Estudia e investiga sobre las repercusiones de la cultura en el cuerpo de la mujer. Nos cuenta cómo la invisibilización del útero, como principal órgano sexual femenino, supone, de alguna forma, una castración que nos ha hecho más dóciles y desconectadas del placer.

Nos cuenta cómo la pérdida de propiocepción de nuestro útero y las tensiones que acumulamos en él desde la infancia, hacen que nos duelan menstruar y parir a las mujeres en occidente.

Esperamos que disfrutéis de la sabiduría de Mónica. Aquí podéis escuchar la ponencia al completo:

¿A QUIÉN PERTENECE MI CUERPO?

El nombre que he elegido para esta ponencia es una especie de paradoja, porque cualquier mujer sabe que su cuerpo es cualquier cosa menos un espacio libre.

Yo no me había parado nunca a reflexionar sobre esto hasta que nació mi primera hija. Llegué al hospital y pedí tener un parto respetado, un parto natural, y por aquel tiempo no existían ni los planes de parto.

Después de la violencia obstétrica que sufrí en mi parto, salí del hospital preguntándome ¿a quién pertenece mi cuerpo? ¿Por qué creen que tienen derecho a hacerme cosas en mi cuerpo a las que yo me estoy negando?

Me empecé a preguntar qué significa ser mujer en esta sociedad y a quién pertenece mi cuerpo.

Sobre el cuerpo hablamos muy poco, osea, hablamos mucho pero muy mal y de una manera muy superficial.

Nos cuentan que nuestro cuerpo tiene que ver con los cánones de belleza actuales, si nos depilamos o no, si tenemos celulitis, si estamos a dieta, si envejecemos…

En teoría, lo que solemos escuchar sobre nuestro cuerpo tiene que ver con la estética y con la salud (copada por la medicina), pero poco más.

Lo que pasa con el cuerpo es mucho más profundo de lo que se puede ver a simple vista, y pocas veces nos paramos a reflexionar sobre ello.

EL CUERPO OBJETO Y EL CUERPO EXPERIENCIA

Podríamos hablar desde la filosofía, nombrando a Merleau Ponty, que es un filósofo fenomenólogo francés que tiene un trabajo muy interesante. Él habla de la diferencia entre el cuerpo objeto y el cuerpo experiencia, y dice:

– Un cuerpo objeto es aquel capaz de recibir desde fuera los impulsos, lo que sucede en el medioambiente, pero no puede elaborar una respuesta.

Las mujeres sabemos mucho de cuerpos objeto. Sabemos lo que es recibir el impacto del medioambiente y no elaborar una respuesta. Porque forma parte del proceso de aprendizaje, y forma parte de una manera de enseñarnos a estar en el mundo, que tiene que ver con la indefensión aprendida.

– El cuerpo experiencia sería ese cuerpo que recibe la información del medio, elabora una respuesta y modifica lo que está sucediendo.

Es un cuerpo que “hace”, no es un cuerpo pasivo, es un cuerpo activo.

HABITUS O SUBJETIVIDAD SOCIALIZADA

Pierre Bourdieu, un sociólogo muy reconocido, habla del habitus o subjetividad socializada para referirse a cómo creemos que tomamos decisiones.

Porque creemos que somos super listas y super libres y, en realidad, nuestras decisiones las está tomando todo ese conjunto de creencias y valores con los que hemos ido conviviendo a lo largo de toda nuestra vida.

Tomamos determinadas decisiones porque pertenecemos a un grupo social determinado.

Porque venimos de una familia con una determinada clase social, con unas determinadas expectativas sobre la vida, porque nos hemos identificado con un grupo social específico, y por eso, vamos tomando una serie de decisiones en la vida.

EL EMBODIMENT

Marcel Mauss decía que convertirse en sujeto social implica un determinado aprendizaje corporal. Y esto tiene que ver con el embodiment: los valores hechos carne.

Este término (embodiment) lo utilizan en antropología para referirse a cómo los valores de la cultura, en la cual nos desarrollamos, entran físicamente en el cuerpo. Tienen su correspondencia en tendones, músculos, órganos, tensiones…

EL CUERPO INDIVIDUAL ES METÁFORA DEL CUERPO SOCIAL

Hay una frase que me gusta mucho, “el cuerpo individual es metáfora del cuerpo social”. Las enfermedades que estamos viviendo ahora las mujeres son una metáfora de la enfermedad que está viviendo el planeta.

Es absurdo creer que tú puedes vivir en un entorno contaminado sin contaminarte. Hay mapas del cáncer dependiendo de la contaminación en nuestro país. Se está estudiando, porque hay cánceres en función de dónde vives y del nivel de contaminación ambiental.

El cuerpo de la mujer es especialmente sensible a la contaminación medioambiental, debido a nuestro baile hormonal.

El cuerpo es, fundamentalmente, deseo. El deseo reside en el cuerpo. El cuerpo pone en contacto mi interior con el exterior.

A las mujeres se nos ha enseñado a estar en conflicto permanente con el cuerpo. Siempre hay un modelo que nunca es el nuestro.

Hay siempre un modelo fuera, y dentro, una lucha interna con el propio cuerpo. Tenemos una sensación interna, que muchas compartimos, de “ser inadecuadas”, que nuestro cuerpo no es suficientemente adecuado.

Biopolítica

Michel Foucault, uno de los filósofos franceses más relevantes de la mitad del siglo XX, tiene toda su obra dedicada a los poderes, y habla mucho de biopolítica, que es la manera en que los poderes políticos públicos controlan a la población.

Es el control de las funciones biológicas de los ciudadanos. Con el comienzo de la biopolítica aparecen las grandes estadísticas, las campañas de vacunación, la sanidad pública, el control de las funciones biológicas…

Foucault también hablaba de que los poderes públicos querían cuerpos fragmentados para tener súbditos, y no ciudadanos.

Él ya sabía que el romper cuerpo-mente es donde estaba el poder para doblegarnos y esto es la clave de lo que quiero contar en esta ponencia. 

La educación viene a ser cómo la domesticación, y la gente que se dedica a domar animales salvajes saben que hay una manera de hacerlo.

Cuando quieren que un animal sea dócil lo castran, pero cuando quieren domar a un animal salvaje, lo que hacen es enseñarle la indefensión aprendida. El animal sabe que no tiene salida, y llega un momento en el que se rinde psicológicamente.

Una de las cosas que se hace al educar en nuestra cultura es someter al cuerpo y ponerlo al servicio de la mente. Es una visión dualista de la vida.

El cuerpo sería lo de abajo, tendría que ver con el pecado, con la sexualidad, con lo sucio. La mente sería la parte elevada del ser humano.

Esta es una visión dualista que no todas las religiones sostienen, pero las monoteístas sí, y esta es la manera en la que nosotras aprendemos.

Al sistema le interesa domesticar a las mujeres, porque nosotras somos las transmisoras principales de esos valores sociales y culturales a las siguientes generaciones.

Si nos manejan a nosotras, manejan a la siguiente generación. Ya nos encargamos nosotras de hacer a la siguiente generación sumisos por ellos.

EL CUERPO DE LA MUJER Y LA MEDICINA

Pasan muchas cosas con el cuerpo de las mujeres y la medicina. Por ejemplo, se medicalizan los procesos fisiológicos del cuerpo, y al final terminamos teniendo la impresión de que vivimos en un cuerpo del cual no te puedes fiar demasiado.

Las mujeres recibimos información de parte de la medicina: la regla duele, los partos son peligrosos, necesito una pastilla para compensar las hormonas cuando llega la menopausia…

Así se medicaliza cualquier cosa que sucede, y lo peor es que nosotras vivimos pensando que tenemos un cuerpo que no está bien hecho.

Nuestro cuerpo está diseñado para vivir el placer, y al final vivimos lo contrario, el dolor.

SI YO NO HABITO MI CUERPO, ¿QUIÉN LO HACE?

Hagamos esta reflexión: si yo no habito mi cuerpo ¿quién lo hace? ¿Lo hacen los valores de la cultura y toda la represión sexual que he recibido desde pequeña?

Venimos de la educación que venimos, se llama represión sexual, y llega un momento de la represión sexual en la que ya no es lo que hagas, sino que hemos aprendido lo que no hay que hacer. La verdadera represión sexual es que ni siquiera lo pensamos.

La desconexión es tan grande que llega un momento en el que ya ni se nos ocurre.

Casilda Rodrigañez hablaba de que las mujeres en occidente tenemos el útero espásmico, es decir, que nuestro útero no tiene suficiente aporte sanguíneo y está tenso. Esto es consecuencia de esta educación que hemos recibido.

El útero es un órgano muscular, y los músculos están hechos para moverse, y el útero se mueve cuando tenemos la menstruación, cuando tenemos orgasmos, cuando parimos y cuando estamos muy agustito, que es cuando generamos oxitocina.

Una peculiaridad de esta fibra muscular es que tiene receptores de oxitocina (llamada la hormona del amor, del vínculo, del placer…).

El pico mayor de oxitocina que vamos a tener en nuestra vida es después de parir, pero después de hacer el amor, con conexión (cuanta más conexión mejor), tenemos picos elevados de oxitocina, y el útero se mueve.

LA PÉRDIDA DE LA PROPIOCEPCIÓN DE NUESTROS ÓRGANOS SEXUALES

Desde niñas nos dicen que ahí no se toca, y al final tenemos como un agujero negro entre las piernas, y hemos perdido la propiocepción de la zona de la pelvis y los órganos sexuales, que son la parte externa, pero también el útero es un órgano sexual.

No tenemos propiocepción, y el útero deberíamos poder notarlo. Deberíamos tener conciencia corporal de él, porque se mueve cuando tengo un orgasmo, porque haya parido, porque tengo la menstruación cada mes.

Hemos perdido las conexiones mentales que nos llevan a mapear esa zona de nuestro cuerpo. Muchas mujeres no se han tocado ni mirado nunca.

Fisiológicamente, nuestro cuerpo está diseñado para sentir un gran placer, no solamente en lo sexual – coital, sino incluso cuando estamos entre amigas, cuando estamos relajadas, cuando tenemos una buena conexión con otra persona… Segregamos oxitocina y nuestro útero se mueve y palpita, y eso nos hace sentir placer. Pero nosotras no lo sentimos.

Cuando tenemos tensión muscular en el útero, que son fibras musculares, y llega la menstruación, nos duele. Estos son los dolores de la dismenorrea primaria.

Duele al igual que cuando tenemos una contractura muscular en cualquier otra parte del cuerpo.

RELAJACIÓN DE ÚTERO

Empecé a relajar mi útero, y lo hice a través del “entrenamiento autógeno de Schultz”, que es un tipo de relajación muy conocida y muy usada y que yo adapté para que se relajara el útero.

El útero se puede relajar porque es fibra muscular lisa. En la medicina occidental se dice que no tenemos control consciente sobre la musculatura lisa, porque depende del sistema nervioso autónomo, y no del central.

Aunque esto puede ser verdad, sí que puedes hacer relajaciones que activen el sistema nervioso autónomo parasimpático, y directamente, porque es el sistema que enerva este órgano, puedes actuar sobre él.

En este tipo de relajación lo que pasa es que activas el sistema nervioso parasimpático, y al activarlo, hay más riego sanguíneo hacia el útero y las fibras se distienden, y el órgano se relaja, y puedes sentir que se relaja.

Al estar haciendo esa relajación, lo que aumenta es la propiocepción de la zona de la pelvis, de repente empiezas a sentir cosas ahí que no habías sentido nunca. Empiezas a sentir el cuerpo desde dentro.

Esto cambia muchas cosas, en mi caso dejaron de dolerme las menstruaciones y descubrí qué era lo que pasaba con los orgasmos.

Lo llaman “orgasmo combinado cervicouterino”. El orgasmo se siente en el útero y es mucho más potente en calidad y en cantidad. Este orgasmo se siente mucho más global en todo el cuerpo, con mucha más descarga, intensidad y placer.

En los orgasmos el útero se mueve, y a veces no lo sentimos o se mueve poco porque está muy rígido. El orgasmo es la liberación en forma de movimiento, el cuerpo libera toda esa energía y toda esa tensión que ha ido acumulando, y lo hace a través del movimiento.

Si tengo un útero tenso va a vibrar poco, pero cuando el útero está relajado y tengo un orgasmo, el útero se mueve mucho más y la energía se expande mucho más.

Para la medicina tradicional china, el útero es el primer motor energético de la mujer. Ellos tienen una visión totalmente diferente del cuerpo y piensan que es el primer motor, como un corazón, y que es el útero el que expande la energía libidinal por todo el cuerpo, que sería la energía sexual, la vitalidad.

Es bueno aprender a relajar el útero si lo tienes tenso, contraído, comprimido, o bombea muy poquito. O si estás cansada, una de las cosas que más nos pasa a las mujeres en occidente.

Mi experiencia y la de muchas mujeres que están practicando la relajación de útero, es que cuando el útero está relajado empiezas a tener más vitalidad.

Puedes ver la relajación de útero de Mónica aquí.

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